Thursday, November 08, 2012

Santiago de Cuba vive, a pesar de Sandy

Santiago de Cuba vive, a pesar de Sandy
noviembre 7, 2012
Rosa Martinez

HAVANA TIMES — Como les dije en el post anterior, tres días después del
paso del Huracán Sandy por territorio cubano llegué a Santiago de Cuba
para ver con mis propios ojos lo que había escuchado con espanto, y para
brindar mi apoyo a familiares y amigos residentes de esa urbe.

Ese día salí temprano de casa con destino a la terminal de ómnibus
provincial, fue inevitable echarle un vistazo a mi propia ciudad antes
de salir de ella.

En mi provincia cientos de viviendas sufrieron daños, principalmente en
los municipios El Salvador y Niceto Pérez, donde incluso hubo que
rescatar dos personas en un helicóptero pues sus vidas corrían peligro.
La capital provincial, sin embargo, no sufrió tantos daños.

Tres días después del evento todavía quedaban en Guantánamo muchos
árboles caídos, numerosas casas sin algún pedazo de techo, unas pocas
sin techo alguno, mucha basura en todas las calles, pero solo
lamentábamos dos muertos. Lo más importante, los ciudadanos afectados
estaban a salvo en casas de vecinos y amigos.

Lo que ocurrió en Guantánamo fue una simpleza comparado con lo que
sucedió en la ciudad santiaguera.

Los pueblos de Songo y La Maya, en el camino a Santiago, me dieron un
preludio de lo que vería más tarde.

Antes de llegar a La Maya había casas dañadas y árboles caídos en la
orilla de la carretera, pero no fue hasta llegar a este poblado que
presencié la primera imagen sorprendente: la fábrica de pienso estaba
destartalada, parecía que alguien la había estrujado como si fuera un
pedazo de papel; deben haberse perdido muchas toneladas del producto.

A lo largo de todo el trayecto vi viviendas destruidas parcial o
totalmente. Desde el ómnibus alcanzaba ver lugares que anteriormente no
se podían vislumbrar; los árboles que impedían la vista panorámica
habían sido arrancados de raíz.

El Cristo, el poblado que queda a unos pocos kilómetros de Santiago no
estaba diferente; techos regados por doquier, basura a un lado y otro,
paredes en el piso, caras tristes.

Ningún pueblo entre Santiago y Guantánamo se libró de los embates de
Sandy, todos fueron afectados en pequeña o gran medida. Se necesitará un
gran esfuerzo para levantar cada una de las viviendas, escuelas, mini
fábricas, árboles, instituciones estatales, casas de cultivos, etc., que
fueron dañadas el pasado 25 de octubre.

Finalmente llegué a la ciudad del Maceo gigante. Tuve que mirar bien
para asegurarme que estaba en el lugar indicado. La entrada te hacía
dudar si en realidad estabas en Santiago o el chofer se había equivocado
y te conducía a otro paraje desconocido.

Maceo da la bienvenida a todos los que llegan a la segunda capital del
país, pero creo que esta vez el Titán de Bronce lloraba. Deben haber
sido muchos los santiagueros y no santiagueros que echaron más de una
lágrima al ver como quedó la ciudad.

Podría hacerles un recuento de los lugares públicos, instituciones
culturales, museos, parques, escuelas, hospitales y policlínicos,
bodegas y tiendas, terminales y paradas de guagua, fábricas e
industrias, apartamentos y viviendas que más me impresionaron por el
grado de deterioro que tenían, pero necesitaría más de un post para eso.

Lo que sí puedo decirles es que vi muchas imágenes tanto televisivas
como fotográficas antes de llegar acá, y les aseguro que nada que vean
en internet o en la televisión se compara con la realidad. Lo que se
mostró ante mis ojos superaba cualquier expectativa, la destrucción era
total, no hubo casa o edificación que escapara a la furia del huracán.

Los santiagueros, altaneros, jocosos, bulleros, como fueron siempre ya
no lo parecían tanto. Aunque es verdad que donde quiera había gente
trabajando, recogiendo cosas, organizando instituciones estatales,
centros laborales, viviendas, apartamentos, pequeñas casitas.

Los trabajadores de la Organización Básica Eléctrica (OBE) y de ETECSA
(telefonía) de todo el país, eran un ejército desplegado por toda la
ciudad, empeñados en devolver la electricidad y la comunicación
telefónica a todo el territorio, aunque 12 días después todavía no se ha
logrado restablecer el servicio en todos los lugares afectados, pues son
muchas las afectaciones de postes y cables caídos.

Indudablemente se necesitarán muchos recursos, dinero, esfuerzo y tiempo
para reconstruir todo esto. No por gusto Expósito, el primer secretario
del Partido en la provincia lloró cuando dio su primer recorrido por la
ciudad la mañana siguiente al paso de Sandy.

Es verdad, Santiago fue golpeada a muerte, pero fuerte como es, sufrió
los embates, cayó a pedazos en algunos lados, sangró por otros, pero
está viva. ¡Santiago vive y se levantará!, de eso, amigos lectores,
estoy completamente segura.

http://www.havanatimes.org/sp/?p=74758

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