Saturday, November 10, 2012

Por qué no envía ayuda EE.UU. a las víctimas de Sandy en Cuba?

¿Por qué no envía ayuda EE.UU. a las víctimas de Sandy en Cuba?

En los almacenes de la Oficina de Asistencia para Desastres en el
Extranjero de EE.UU. duermen toneladas de suministros que aliviarían a
los cubanos atribulados por el ciclón... si La Habana les diera luz verde.
Rolando Cartaya/ martinoticias.com
noviembre 08, 2012

A pocas horas del paso del huracán Sandy por las provincias orientales
de Cuba el pasado 24 de octubre, comenzaron a fluir hacia el resto del
país --a través de mensajes y llamadas de familiares, disidentes y
periodistas independientes-- las noticias sobre el rastro de desolación
y penuria dejado tras de sí por la tormenta.

Comprendiendo la gravedad de la situación humanitaria, la Alianza
Democrática Cubana (ALDECU) --un grupo de analistas de la sociedad civil
independiente, integrado entre otros por el psicólogo Guillermo Fariñas,
el sociólogo Héctor Palacios, el observador de derechos humanos Elizardo
Sánchez y el abogado René Gómez Manzano—emitió al día siguiente una
declaración con un llamado urgente al gobierno:

"Dada la situación calamitosa existente, es necesario que las
autoridades del país acepten toda la ayuda que ofrezcan organizaciones
internacionales y países extranjeros, sin excepciones ni limitaciones y
de manera incondicional".

Cuba ha recibido y canalizado desde entonces ofertas de asistencia de
aliados ideológicos como Venezuela y Bolivia; de otros "países amigos"
como Rusia y Brasil; y de Naciones Unidas.

Sin embargo, esta vez no se ha informado de una propuesta de ayuda de
parte del país mejor capacitado y equipado para ayudar en casos de desastre.

¿Será que Estados Unidos no desea ayudar a los que en Holguín,
Guantánamo y Santiago de Cuba necesitan desesperadamente medicinas y
materiales de primeros auxilios, raciones de alimentos, tiendas de
campaña o láminas de plástico para reparar techos y paredes, agua
embotellada y pastillas para clorar el líquido fangoso que sale de los
grifos?

Con todo eso, y con los medios para hacerlo llegar a la mayor brevedad,
cuenta esta poderosa y generosa nación. Cubanos y americanos vivimos
además prácticamente pared con pared, puerta con puerta. Pero hasta
ahora Washington se ha abstenido de ofrecer ayuda humanitaria, y el
gobierno de Cuba, genio y figura, tampoco la ha solicitado al país que
considera su enemigo jurado.

¿Para qué la ofrecería Estados Unidos? ¿Para que manipulen políticamente
el asunto?

Lea por ejemplo al bloguero oficialista Iroel Sánchez, quien asegura en
su bitácora que la mejor ayuda humanitaria que puede recibir Cuba ahora
"es el fin del bloqueo que le impone Estados Unidos".

Sánchez, claro, sabe bien que tras el paso del huracán Michelle por la
isla en noviembre de 2001, La Habana empezó a comprar en Estados Unidos
las medicinas, alimentos y otros productos agrícolas que ha querido (y
podido pagar de contado), aprovechando una excepción al embargo aprobada
por el Congreso. Y debe saber que las demás sanciones están codificadas
en leyes que podría tomar años derogar a través de un laborioso proceso
legislativo. Años que no pueden ni deben esperar los damnificados de Sandy.

El silencio actual de Estados Unidos es más bien prudencia, dictada por
la experiencia de que el régimen de la isla suele poner la política por
delante del dolor y las necesidades de las víctimas.

ALGUNOS ANTECEDENTES

En un artículo para Cubanet titulado "Ciclón y reacción", fechado el
pasado 30 de octubre, el licenciado Gómez Manzano explicaba las razones
de la exhortación urgente de ALDECU:

"En más de una ocasión (…) las autoridades de La Habana se dieron el
lujo de rechazar, en nombre de los damnificados de entonces, algunas de
las ofertas de auxilio que provenían de lugares que no les resultaban
simpáticos".

En julio de 2005, tras el paso del huracán Dennis por la isla, Estados
Unidos informó al gobierno cubano que estaba dispuesto a proporcionar
ayuda humanitaria inmediata en forma de suministros de emergencia, como
mantas, botellas de agua, botiquines de primeros auxilios, láminas de
plástico, etc. a los cubanos afectados por el huracán.

El gobierno de Fidel Castro rechazó esta oferta, así como la solicitud
de permitir el despliegue de un Equipo de Respuesta para Asistencia en
Desastres (DART), especializado en evaluar las necesidades para
determinar el monto y características de lo necesario, y coordinarlo.

El envío de estos pequeños equipos de expertos es un procedimiento
regular que sigue en todos los casos la Oficina de Asistencia para
Desastres en el Extranjero (OFDA), de la Agencia de Estados Unidos para
el Desarrollo Internacional (USAID).

(La OFDA canaliza cada año el socorro estadounidense a millones de
víctimas de decenas de desastres internacionales: algunos de rápida
aparición como terremotos, inundaciones, tormentas, deslaves, tsunamis y
volcanes; otros de lenta aparición, como las sequías prolongadas que
conducen a la inseguridad alimentaria; y emergencias complejas derivadas
de crisis políticas, inestabilidad social o conflictos armados).

Ante la imposibilidad de proporcionar un alivio inmediato a Cuba, la
USAID optó en 2005 por duplicar al menos los fondos que normalmente
proporciona a organizaciones no gubernamentales, para ayudar a paliar
las necesidades de las víctimas del ciclón en Cuba.

TAMPOCO EN 2008

Los damnificados por los tres huracanes que asolaron a la isla en 2008
no corrieron mejor suerte bajo Raúl Castro, ratificado a principios de
ese año como presidente del Consejo de Estado de Cuba.

Tras el azote consecutivo de las tormentas Gustav y Ike en agosto y
septiembre, La Habana volvió a rechazar el envío de un equipo de
evaluación. Estados Unidos ofreció entonces ayuda incondicional,
incluyendo materiales suficientes para reparar unas 48.000 viviendas.

El secretario de Comercio de la administración de George W. Bush, el
cubanoamericano Carlos Gutiérrez, aseguró a Radio Martí que la oferta de
ayuda de emergencia a Cuba se había despojado de toda condición, y que
después de la llegada de un primer vuelo, había planes para
incrementarla hasta cinco millones de dólares.

Cuatro veces propuso la ayuda Estados Unidos, a nombre de su pueblo. Las
cuatro veces fue rechazada por el gobierno de Raúl Castro.

UN EJEMPLO PARALELO

En entrevista con Alex Rivero, de Radio Martí, Rob Thayer, entonces
coordinador regional de la OFDA, precisó que para Haití, afectado por
los mismos ciclones que Cuba en 2008, se asignaron entonces 7 millones
de dólares en ayuda, la cual comenzó a enviarse de inmediato en aviones,
procedentes de Miami y cargados con los suministros de emergencia que la
Oficina mantiene permanentemente en sus almacenes del sur de la Florida
(hay otros dos en la región) así como con alimentos aportados por el
gobierno federal.

El esfuerzo, coordinado con las autoridades haitianas, incluyó solicitar
helicópteros al Comando Sur de Estados Unidos, debido a que en algunas
de las áreas más devastadas de Haití, puentes y carreteras estaban
destruidos o intransitables.

LAS "RAZONES" DE CUBA

¿Por qué se empeña el gobierno de Cuba en politizar una ayuda de Estados
Unidos que podría aliviar considerablemente, al menos durante los
primeros días, las penurias de las víctimas de estos periódicos
desastres naturales?

El doctor Gómez Manzano tiene algunas respuestas en su artículo para
Cubanet:

"Este tipo de decisiones resulta aún más irritante si se tiene en cuenta
que se hacían de manera inconsulta. Eran tomadas, además, por jerarcas
que tienen resueltos todos los problemas personales, suyos y de sus
familias. Ellos se arrogaban el derecho de asumir poses de ofendidos,
sin tomar en cuenta que, ante una calamidad como ésta, deben prevalecer
los intereses de las víctimas —las personas y el país—, y no los de la
ideología".

Aunque el abogado independiente escribe en tiempo pasado, los argumentos
que expresa parecen seguir vigentes.

http://www.martinoticias.com/content/article/16434.html

No comments: