Monday, November 19, 2012

Ostracismo, explotación y chantaje

Ostracismo, explotación y chantaje
[19-11-2012]
Lcdo. Sergio Ramos

(www.miscelaneasdecuba.net).- La política migratoria del régimen
castrista se ha caracterizado por tres elementos nocivos que siempre han
estado presentes a lo largo de su existencia: Ostracismo, explotación y
chantaje.

Ostracismo: Desde los comienzos de la revolución el régimen totalitario
optó por la expulsión de aquellos ciudadanos que representaban un
peligro, problema o estorbo. De ese modo han forzado y fuerzan a los
opositores a abandonar el país. La forma empleada ha sido bien a través
de poner en peligro su libertad y vida de ellos y la de sus familias o
bien, una vez encarcelados canjearles su excarcelación a cambio de su
partida del país. Un ejemplo fue la reciente liberación de presos
políticos a cambio de que salieran a España con la anuencia y acuerdo de
la Iglesia y el gobierno español. Una vez fuera de la Isla los
opositores quedan impedidos de retornar a al país, aplicando así una
política de ostracismo digna del más cruel de los emperadores romanos.

Todavía hoy hay miles de cubanos que por su activismo político frontal
contra la tiranía se les coarta el derecho a retornar irrestricta y
libremente a su patria, lo cual viola un derecho humano consagrado en el
Artículo 13 inciso 2 de la Carta de Derechos Humanos de las Naciones
Unidas que establece que "Toda persona tiene derecho a salir de
cualquier país, incluso el propio, y regresar a su país."

Dentro de las expulsiones están también las de aquellos que la dictadura
entiende como descontentos, los cuales representan potenciales enemigos.
A veces éstas han sido masivas y dramáticas como ocurrió en Camarioca en
1965, en El Mariel en 1980 y en la Crisis de los Balseros en 1994. Otras
veces han sido paulatinas y legales por espacio de algún tiempo como lo
fueron los Vuelos de la Libertad ( De 1965 a 1973) y actualmente con el
Tratado Migratorio entre Cuba y los Estados Unidos vigente firmado en
1998, que implican 20,000 visas anuales para los cubanos en la isla. Con
estas expulsiones el régimen tiene cuatro objetivos, uno sacarlos para
evitar que se les conviertan en un problema político o en una explosión
social. Dos, aliviar al régimen del peso económico de suministrarles
vivienda, alimentación, educación, salud y productos de primera
necesidad a un nutrido grupo de ciudadanos. El tercer propósito es
neutralizarlos a base de que si 'se portan bien', podrán, eventualmente,
entrar de visita a la Isla y cuatro, dejar sustanciales cantidades de
divisas en remesas de ayuda familiar.

Otro de los propósitos perseguidos por el régimen con las expulsiones
masivas, ha sido de limpiar al país de delincuentes, drogadictos, locos
y otros considerados anti-sociales para enviárselos a otro país. Así en
1980 a través del Puerto de El Mariel el régimen vació las cárceles y
los manicomios y recogió delincuentes, vagos, etc. para meterlos en las
embarcaciones que venían del exilio a buscar a sus familiares,
sobrecargándolas de ellos, so pena de no dejarles sacar sus familias si
no llevaban a esos pasajeros forzosos.

Estas medidas constituyen una violación al derecho humano a permanecer y
vivir en el país de origen de la persona. Así lo establece el Artículo
13 inciso 1 de la Carta de Derechos Humanos de la ONU que dice: "Toda
persona tiene derecho a circular libremente y elegir su residencia en el
territorio de un Estado".

Explotación: La otra modalidad es la explotación de la mano de obra
cubana, sobretodo de médicos, ingenieros, técnicos y otros
profesionales. Desde los inicios de la dictadura totalitaria, ésta ha
enviado a miles de cubanos a trabajar en las llamadas "Misiones
Internacionalistas". Los países recipientes de estos trabajadores pagan
sus salarios en sustanciales dólares al gobierno cubano, y éste a su vez
paga a estos una reducida porción de dicho sueldo en devaluados pesos
cubanos. De este modo, en contubernio con el país receptor, el régimen
percibe sustanciales cantidades de divisas, a costa de explotar a
trabajadores altamente cualificados. Inclusive este método se ha usado y
se usa con militares que son enviados a misiones o guerras al exterior.
De hecho, durante la Guerras de Angola y Etiopia la dictadura envió
miles de soldados por los cuales la URSS pagaba al gobierno cubano $150
dólares mensuales por cada soldado raso, mientras la dictadura les
pagaba los míseros $7 pesos mensuales a los daban los reclutas.

Esta apropiación y disposición de los salarios de los trabajadores
"internacionalistas" cubanos violan el Convenio 95 de la Organización
Internacional del Trabajo (OIT).

Muchos profesionales aceptar salir en dichas misiones
internacionalistas, porque a su retorno pueden llevar algunos artículos
que no están a su alcance en Cuba, otros optaban por viajar como un
medio de despejarse de la tensión opresiva que se vive en el país y
otros buscando una oportunidad para escapar de la opresión y ser libres.

En otra época, durante las décadas de los sesenta y setenta se envió por
dos años a campos de trabajos agrícolas forzados a aquellos que
solicitaban la salida, con lo cual ayudaba el corte de caña para las
zafras de esos años, lo cual viola l Convenio 29 y 105 sobre trabajo
forzoso de la Organización Internacional del Trabajo(OIT).

Al mismo tiempo que se prohíbe la entrada al país a aquellos que
conspiren contra la tiranía, según el Decreto 302 articulo 24.1 párrafo
(c) antes citado.

Por otro lado, se reserva para los profesionales, médicos, técnicos,
deportistas, etc. según el Decreto Ley número 306, articulo 1, que
impide y/o limita la salida de estos. Y en tercer lugar extiende las
salidas llamadas "indefinidas" o sea los que se reserven el derecho a
volver a la isla a vivir, extendiendo el plazo de 11 meses a 24 meses.
(Decreto Ley 302 artículo 9.1 párrafo 2). Con ello permite a estos salir
y trabajar en terceros países para que traigan al país las divisas y/o
envíen éstas a la isla para sus familiares, algo que ya viene sucediendo
de un tiempo a la fecha, inclusive con Estados Unidos y otros países
como por ejemplo México, España y Ecuador. Esto constituye otra forma de
explotar al cubano y subsidiar su ineficiente economía.

Chantaje: Como parte de la política migratoria la dictadura siempre ha
usado el chantaje basado en que "o te portas bien o no entras" a Cuba.
De hecho, en el reciente Decreto Migratorio número 302 en su artículo
9.1 párrafo 2 establece que son inadmisibles toda persona envuelto en
"Organizar, estimular, realizar o participar en acciones hostiles contra
los fundamentos políticos, económicos y sociales del Estado Cubano".

Una característica cultural del pueblo cubano ha permitido que el
régimen tenga éxito con este maquiavelismo. Se trata del fuerte arraigo
familiar que existe entre los cubanos. Usando de rehén a los que se
quedan en la Isla, la dictadura obliga a que el familiar exiliado esté
al tanto del que quedo atrás, proporcionándoles dinero, artículos de
necesidad y medicinas, con lo cual logra dos fines: Uno minimizar la
militancia
anti-castrista de la diáspora a cambio de no tomar represalias al que
quedó en la Isla y dejarles entrar a los de afuera a visitarlos y dos,
traspasar al exiliado la responsabilidad de satisfacer las necesidades
básicas del familiar, a través del envío de sustanciales remesas, lo que
simultáneamente representa un medio por el cual la tiranía reciba
jugosas remesas de divisas.

Los efectos nocivos: De esa manera, la dictadura ha manipulado para su
beneficio económico y político las migraciones cubanas durante todos
estas más de cinco décadas.
Ambas cosas facilitan la continuidad y sobrevivencia del régimen.

El efecto económico es que la diáspora cubana ayuda sustancialmente a
subsidiar la económica del régimen. Cuando empezó el Pacto Migratorio en
1998, los cubanos radicados en Estados Unidos y en otros países enviaron
987 millones de dólares y en el 2011 dicha cifra fue de $2,295 millones
dólares, o sea, el equivalente a un 76.5 % del subsidio que la URSS le
enviaba a Cuba en la década de los 70. (Dicho subsidio ascendía a un
promedio de $3,000 millones anuales).

El efecto político ha sido que las migraciones cubanas durante estas más
de cinco décadas han servido de escape a la presión de la caldera del
descontento político y social del país, y al mismo tiempo, envuelve en
un preocupante círculo vicioso a la diáspora basado en: "No te opongas y
manda dinero o sino tu allegados pagaran las consecuencias". Dos
elementos que siempre están presentes en aquellos que son afectados por
la captura como rehén de un familiar y que han creado, en un sector
considerable del exilio, un forzado colaboracionismo económico junto al
síndrome de la inacción contra la dictadura.

http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=37725

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