Tuesday, November 13, 2012

Crímenes perfectos?

¿Crímenes perfectos?
Martes, Noviembre 13, 2012 | Por José Hugo Fernández

LA HABANA, Cuba, noviembre, www.cubanet.org -Los criminales, que son
mutantes como los microbios, desacreditaron desde hace tiempo el tópico
de que no hay crimen perfecto. Pero aun desde antes, todo ha dependido
de la manera en que interpretemos el concepto de perfección.

Si el crimen, por más imperfecta y chapuceramente que se efectúe, puede
quedar impune por la acción de leyes espurias, que en vez de condenar,
protegen a su ejecutor, entonces, a pesar de la etimología, suele ser
calificado como perfecto. Se trata de un tipo de perfección que se
interpreta ceñida sólo a los intereses del criminal, pero, aun así,
parece normal concederle patente sintáctica.

Únicamente desde ese prisma podría afirmarse que las muertes de Oswaldo
Payá y de Laura Pollán fueron frutos de crímenes perfectos. Aun cuando
nunca lleguemos a conocer siquiera los nombres de sus ejecutores
directos, y muchísimo menos nos encontremos en condiciones de prever
cómo, cuándo, dónde atacarán de nuevo, ni quiénes serán sus próximos
blancos, ya que sin duda estamos ante criminales en serie empeñados en
el monopolio de la "perfección".

A lo más que podemos aspirar quizá sería a lanzar aviso sobre sus
potenciales objetivos, dentro de cuyo perfil general cabe cualquier
miembro de la disidencia política en Cuba que sobresalga por sus dotes
de liderazgo y que se haya dado a conocer internacionalmente, sobre todo
mediante acciones de lucha cívica en las calles, con vocación pacifista
y con una conducta moral que no deje fisura para suspicacias en ninguno
de los bandos. Si alguna prestigiosa institución extranjera le ha
otorgado premios, y si, a la vez, goza de respeto y de una relativa
ascendencia dentro de su radio local, encarna entonces al prospecto idóneo.

Quienes sean lo suficientemente realistas y desprejuiciados como para
ubicarse a sí mismos dentro de este perfil, no necesitan consultar los
caracoles o el Tablero de Ifá para saber que están viviendo en cuenta
regresiva, y que el número de las raciones de pan de la libreta que les
queda por comprar no depende tanto de la providencia divina como de
ciertas circunstancias propiciatorias detrás de las que siempre suelen
andar agazapados los criminales.

Dado que ya todos terminamos descartando la participación del azar en
las muertes de Laura y de Payá, resulta cándido pensar que serán las
últimas dentro del movimiento opositor. Si acaso, podrían ser las
últimas del año en curso. Pues, por más contrariedad y amargura que nos
cause reconocerlo, los homicidas han sobrecumplido sus planes, de
momento, ya que al quitar del camino las grandes piedras que para ellos
eran esos dos mártires, es posible y hasta comprensible que lograran
provocar un cierto impasse en las acciones de la oposición.

Porque ojalá me equivoque, pero tengo la impresión de que en los últimos
meses, luego de esas dos sensibles bajas, los de la oposición no se han
hecho sentir con la misma intensidad que antes. Hay excepciones, como la
del enfrentamiento del pasado 8 de noviembre, en una calle habanera,
entre un pequeño grupo de valientes blogueros, comunicadores, abogados
independientes… con decenas de esbirros de la tenebrosa Sección 21, de
la Seguridad del Estado. Pero tanto el hecho en sí, como la composición
del grupo disidente (donde apenas estaban representados los partidos
políticos y organizaciones de la oposición formal), parecen demostrar
ese impasse al que me refiero.

¿Se tratará de un problema pasajero, cuya duración depende del tiempo
que puedan demorar los partidos y grupos opositores para cubrir el vacío
dejado por los ausentes y además para sacudirse el desconcierto que les
ocasionó la pérdida?

El crimen perfecto, si nos atenemos al verdadero significado del
término, se redondearía en todo caso si con sus dos chapuceras acciones
homicidas, los criminales consiguen prolongar por largo tiempo esta
discreta merma que, en sentido general, se advierte en las acciones del
movimiento de oposición pacífica en la Isla.

No es razonable suponer (al menos yo me resisto a suponerlo) que con la
desaparición física de su líder, las Damas de Blanco se permitan dejar
que se note su ausencia en medida más allá de lo sensato. Tampoco es
concebible (para mí) que la desunión y la contaminación política logren
abrir brecha dentro de este movimiento, o que sus ejemplares integrantes
se dejen penetrar por el desaliento y por deslices en la conducta que
hoy parecen tan comunes dentro de la atmósfera de miseria en que
vivimos, y contra los cuales luchó siempre Laura, anteponiendo la
transparencia de su ejemplo, que era como un blindaje de seda.

De igual forma, no concibo que la vigorosa lección de Payá, contenida en
su decencia a toda prueba, en su firmeza sin odios ni ambiciones, y en
su capacidad de convocatoria, caiga o enflaquezca porque sus seguidores
(que se cuentan por miles) no sean capaces de mantener en pie lo que
levantó una sola persona.

En el caso (hoy improbable) de que tales desgracias ocurrieran, es como
único podría aceptarse que las muertes de Laura y Payá han sido fruto de
crímenes perfectos.

http://www.cubanet.org/articulos/%c2%bfcrimenes-perfectos/

No comments: