Monday, April 16, 2012

Un héroe anónimo

Un héroe anónimo
Lunes, 16 de Abril de 2012 04:11
Escrito por Julio Antonio Aleaga Pesant

Cuba actualidad, El Vedado, La Habana, (PD) El camillero de la Cruz
Roja, un negro fuerte y maduro, abofeteó con ira y alevosía, por
sorpresa. La víctima, un hombre que era escoltado por policías, gritó
¡abajo el comunismo! durante la misa de Benedicto XVI en Santiago de
Cuba. A la violencia del camillero se sumó otro hombre negro, joven, con
camiseta blanca y pantalones bermudas.

Este acto bárbaro se registró por las televisoras presentes en la
ciudad, fue divulgado al mundo, y marcó, según varias opiniones, la
visita papal con la esencia represiva del régimen.

Sin embargo, hubo un botón diferente en ese espectáculo montado por la
Iglesia Católica y Seguridad del Estado. Algo que la mayoría de los
comentaristas pasó por alto. Un hombre blanco, de unos cuarenta años,
con pulóver blanco y pantalón negro, se abalanzó sobre el camillero
agresor, que en medio de la euforia represiva, atacaba nuevamente al
desvalido detenido con la misma camilla de hierro y madera. El recién
llegado abracó al de la Cruz Roja, lo sacó del escenario del conflicto
y, sin detenerse, se enfrentó al esbirro vestido de civil, con pulóver
negro de rayas blancas, que no sabía a quién tenía al frente.

Diez días después de los sucesos, cuando pude visualizar el vídeo del
incidente que el mundo vio y la dictadura censuró, me llamó la atención
el enfrentamiento entre los dos hombres que supuse de la policía. El del
pulóver blanco y el de rayas. Pensé en una descoordinación operativa.
Pero al mirar detenidamente ese momento, identifique al hombre que sacó
del juego al camillero: Guillermo Espinosa, un demócrata de amplio
historial, fue el hombre que se lanzó sobre el delincuente con camiseta
de la Cruz Roja.

Lo localice por teléfono en Santiago de Cuba, en su casa en la carretera
vieja del Cobre.

Según narra, estaba cerca del lugar por donde sacaron a Andrés Carrión y
al ser testigo de la violencia del camillero, trató de auxiliarlo. Sin
pensarlo, se abalanzó sobre él cobarde. Identificado inmediatamente por
la policía política, por su larga trayectoria prodemocrática a través de
la Agencia de Prensa Libre Oriental y los Comité Ciudadanos en Santiago
de Cuba, Guillermo Espinosa fue detenido durante veinticuatro horas, con
cargos de desacato a la autoridad, en la estación policial de Micro 9.

Comprendí por sus palabras que no sabía hasta ese momento que el
incidente era de dominio público y que él aparecía claramente agarrando
al camillero y enfrentándose al esbirro.

¿Por qué entras en la bronca y después no haces la denuncia?, pregunté.

"¿Qué denuncia iba a hacer? Defender a un hombre de los abusadores era
lo que tenía que hacer y lo hice", contestó.

-¿Estabas en combinación con Carrión?

-No, yo no sabía lo que iba hacer Carrión. Entré a defenderlo por
solidaridad, nagüe.

Al terminar la conversación, llamé al Presidente de la Comisión Cubana
de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, Elizardo Sánchez, y le
pregunté si se conocía sobre el incidente y la posterior detención de
Guillermo Espinosa. Su respuesta me confirmó que estaba en presencia de
uno de esos héroes anónimos, de esos que se sobran en las filas
prodemocráticas.

Para Cuba actualidad: aleagapesant@yahoo.es

http://primaveradigital.org/primavera/component/content/article/118-represion/3877-un-heroe-anonimo.html

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