Friday, April 20, 2012

Pedaleando hacia los derechos

Pedaleando hacia los derechos
Juan Carlos Linares Balmaseda
20 de abril de 2012

La Habana, Cuba – www.PayoLibre.com – Por fin se hicieron escuchar los
choferes de bici taxis. Estos trabajadores por cuenta propia, estaban
siendo acosados. Los denominados inspectores integrales del Ministerio
del Transporte en conjunto con efectivos de la Policía, les realizaban
constantes operativos en las calles de los municipios Habana Vieja y
Centro Habana. El exagerado acoso obstaculizaba el trabajo de los bici
taxistas, y afectaba a la población que resuelve sus problemas
cotidianos de transporte mediante este servicio.

Además les prohibieron a los pedaleros circular por 117 avenidas
principales. No podían permanecer en múltiples áreas como: la Plaza de
la Revolución, los exteriores de la Contraloría General de la República,
los tribunales, los órganos locales del Poder Popular y del Partido
Comunista, círculos y parques infantiles, entornos "cercanos" a las
escuelas, centros de salud, monumentos, museos o sitios de relevancia
histórica, zonas militares, áreas de protocolo, embajadas, lugares
priorizados por la Oficina del Historiador de la Ciudad, mercados
agropecuarios estatales, placitas y otros centros estatales, paradas de
ómnibus…, y nada más podían desplazarse de un punto a otro haciendo
breves paradas para atender a los clientes. No faltó el revisado del
porte y aspecto del bici taxista, y la prohibición a instalar bocinas,
aludiendo que contravienen el Decreto Ley 200 para regular la nocividad
del ruido.

En los parqueos propiedad del Estado, sitos en la calle Galiano entre
San Rafael y San José y el de Galiano esquina San José, en pleno corazón
de Centro Habana, los inspectores y policías llegaron y ocuparon todos
los bici taxis que se encontraban allí. Y los dueños quedaron advertidos
de que debían presentarse con la licencia de trabajo actualizada y un
curso de transito que sería impartido. También se le exigía una
numeración de serie troquelada en el metal del triciclo y
respectivamente inspeccionada. De no cumplir con todos estos requisitos,
el medio de transporte podía quedar decomisado.

Algunos dueños de coches (como también se les llama popularmente a los
bici taxis) se encontraban en medio de los trámites burocráticos para
legalizar el estatus de trabajador por cuenta propia. Por esa razón
parqueaban sus coches en los parqueos, y la inesperada e inadvertida
medida cautelar los amenazaba con dejarlos sin medios de trabajo.

En otros casos las licencias que poseían los dueños habían sido emitidas
en diversas provincias, o municipios del país y no en Centro Habana o
Habana Vieja, donde regularmente trabajan. En el momento en que
obtuvieron las licencias, se les informó que disfrutarían de
jurisdicción nacional para realizar su actividad. Pero ahora les
comunicaban lo contrario, retirándoles las licencias otorgadas. La nueva
directiva ceñía la labor sólo para aquellos residentes legalmente en La
Habana.

La ofensiva contra los pedaleros no se detenía ahí. A los que se
pillasen cargando mercancías sin el respectivo pasajero en sus vehículos
eran multados con cuotas desde 400 pesos a 1500 o más. Y si protestaban
entonces se los llevaban hasta las estaciones de la policía y allí
quedaban detenidos cochero y coche, con el agregado del probable
decomiso del medio de trabajo. Así le ocurrió a un cochero apodado El
Rubio, que al protestar después de que le fuera impuesta una multa de
1200 pesos por cargar diversas cajas de mercancía de un cliente, terminó
siendo conducido y permaneció detenido dos días en la estación policial
de Zanja y procesado por desacato. Porque de acuerdo al "ordeno y mando"
de no se sabe quién, en los bici taxis debe ir el equipaje con su
pasajero, no los equipajes en solitarios.

Sin embargo, el lunes 5 de marzo una veintena de propietarios de coches
decidieron ir hacia la Plaza de la Revolución a protestar las reglas del
juego. Mientras esperaban el ómnibus, agentes policiales los
interceptaron y condujeron a una estación de policía, donde recibieron
una reprimenda y luego los liberaron. Al día siguiente, varias decenas
de cocheros decidieron intentar la protesta, y esta vez sí pedalearon en
coches hasta la Plaza. Al parecer las autoridades tomaron en cuenta el
descontento, y ordenaron que cesara la draconiana coerción.

http://payolibre.com/articulos/articulos2.php?id=5000

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