Wednesday, April 11, 2012

La crisis del sector azucarero cubano

La crisis del sector azucarero cubano
[11-04-2012]
Elías Amor Bravo
Economista ULC

(www.miscelaneasdecuba.net).- El sector azucarero cubano, una vez más,
lejos de cumplir sus objetivos. Así se anuncia en diversos cables
procedentes de la Isla. Las autoridades, como siempre, han culpado estos
pésimos resultados a "averías, casos de mala gestión y un clima
inusualmente cálido".

El Gráfico 1 muestra que la crisis del sector azucarero en Cuba no es un
fenómeno puntual y coyuntural, sino que se encuentra inscrita en un
proceso más complejo y de consecuencias nefastas para la economía nacional.

En el Gráfico se presentan los índices (con base 100 en la temporada
1984-1985) de tres indicadores fundamentales para analizar el sector
cañero, producción, superficie cultivada y rendimientos. Los datos
proceden de ONEI la Oficina de Estadísticas de Cuba.

Como se observa, la producción experimenta un moderado crecimiento entre
1984-85 y 1990-91, para desplomarse después. La incidencia del derrumbe
del Muro de Berlín, la pérdida de las generosas subvenciones soviéticas
y el comienzo del "período especial" produjeron en el azúcar cubano un
duro golpe del que no pudo recuperarse.

Las autoridades confiaron la producción azucarera al "sector no estatal"
(Unidades Básicas de Producción, y en menor medida, cooperativas, ambas
organizaciones poco eficientes y muy reguladas e intervenidas por el
gobierno y el partido) en tanto que lo que hasta entonces había sido eje
productivo redujo su participación prácticamente a cero.

Tal vez se tendría que haber apostado por otra política distinta, en vez
de reequilibrar cuotas de participación y reorientar el sector hacia
nuevos mercados, realizando inversiones en mejora tecnológica dirigida a
abaratar costes y aumentar la competitividad. Sin embargo, el régimen
apostó por apretarse el cinturón en las inversiones productivas y
concentrar sus escasos recursos financieros en la contención de un
aumento de la violencia social.

La superficie dedicada a la caña experimentó una evolución similar, pero
en este caso, el retroceso más intenso tiene lugar a comienzos de siglo
XXI cuando Fidel Castro ordena el cierre de ingenios y el abandono
definitivo del sector.

Como consecuencia del efecto combinado de las tendencias de la
producción y la superficie cultivada, los rendimientos, que descienden
también acusando la pérdida tecnológica asociada al "período especial",
se mantienen artificialmente desde la temporada 1992-93 hasta la
2004-2005 en la que se experimenta un aumento moderado, para volver a
descender después, situándose un 40% por debajo de los niveles de partida.


El Gráfico 2 aporta alguna información sobre los rendimientos que merece
ser analizada. De manera sistemática, los que se obtienen en la
producción no estatal tienden a situarse por encima de los que
corresponden a la realizada por el estado. No se trata de una diferencia
muy significativa, pero las fórmulas libres tienden a funcionar mejor
cuanta mayor libertad poseen. Tal vez la oportunidad perdida habría sido
liberalizar más a los agentes no estatales y apostar con firmeza por la
entrada de la propiedad privada en el sector. No se hizo, y ahí están
los resultados

Si la disminución de los rendimientos alcanzó un 40%, en el caso de la
producción se produjo un espectacular 83%, y en la superficie alrededor
de un 67%, cifras que ponen de manifiesto la gravedad de la crisis del
sector, así como la incapacidad del régimen para volver a recuperar la
que fuera en el pasado principal industria del país y origen de las
fuentes de financiación externas.

Y así llegamos a la zafra actual, en la que fuentes de Reuters, indican
que la producción de azúcar sin refinar apenas superaría un millón de
toneladas, encontrándose en estas avanzadas fechas de la temporada a
450.000 toneladas de su meta anual. Cifras preocupantes para un país
que consume alrededor de 600.000 a 700.000 toneladas de azúcar al año, y
exporta el resto, unas 400.000 toneladas a China. Y poco más.

Mientras tanto, el precio del azúcar en los mercados mundiales continúa
su dinámica alcista de los últimos años, mientras que otros países,
antaño seguidores de la industria cubana, que ocupaba posiciones de
liderazgo a nivel mundial, se han encargado de mejorar sus precios y
alcanzar el control de los mercados.

Inmersos en esta crisis estructural el régimen ha pretendido adoptar
alguna decisión para intentar dar soluciones al problema. Soluciones
que, como siempre, se mueven en el ámbito del sector presupuestado, que
sigue controlando de forma indirecta la mayor parte de la producción y
la propiedad de la tierra de cultivo. El pasado año, el Ministerio del
Azúcar fue suprimido dentro de un plan más general de reducción de
gastos, siendo reemplazado por una empresa estatal.

Algunos analistas consideraron que, de este modo, el régimen abría las
puertas para la inversión extranjera en el sector, por medio de fórmulas
mixtas que ya se han ensayado en otros, como el turismo. Al parecer, no
se ha producido respuesta como era de esperar, y de ese modo, las
autoridades calculan el cierre de la zafra actual con 1,2 millones de
toneladas, más o menos la misma cifra que el año pasado. Una cifra que
nada tiene que ver con los cerca de 8 millones que se producían antes
del derrumbe del muro de Berlín.

Visto desde esta perspectiva, la postración del sector azucarero en Cuba
tiene mucho que ver con el modelo de economía, en el que no existe
propiedad privada y la organización de la actividad económica depende de
un organismo de planificación central en el que las prioridades no
suelen guardar relación con las reglas básicas de funcionamiento de la
economía, sino con objetivos políticos e ideológicos.

La consecuencia es que nunca se debió abandonar a este sector a su
suerte, sobre todo teniendo en cuenta la herencia histórica y cultural
que representa. Nadie puede entender que la producción de aceite de
oliva desaparezca de las provincias del sur de España. Los cubanos, en
menos de una generación, han visto cómo el azúcar se ha perdido para
siempre, y lo que es peor, las decisiones adoptadas por el régimen no
van a dar solución a los problemas de fondo.

http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=35715

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