2007-04-12.
Guillermo Fariñas Hernández, Director de Cubanacán Press
El segmento poblacional de la Cuba actual al que nos referiremos en
estas notas, son los que también tienen las manos manchadas de sangre,
pero a diferencia de los actuales represores por oficio que en otra
parte denominamos Los Cobardes Peligrosos, estos oficialmente no están
en activo, ni pertenecen formalmente a ninguna institución armada.
Por lo general se trata de antiguos miembros de los numerosos órganos
represivos del Ministerio del Interior (MININT) y algunos pocos del
Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (MINFAR), que por lo
general tienen la categoría social, de haber sido en algún momento
defenestrados por el poder.
Como conocen los seguidores de la evolución política de la mal llamada
"Revolución Cubana", han existido sistemáticas y recurrentes purgas
masivas al interior de los organismos castrenses, que sustentan al
régimen desde su mismo inicio como proceso político-económico,
recordamos en este momento la conceptualizada cual "La Microfracción" en
el año 1968.
Aunque los más afectados son los expulsados y enviados a sus casas, tras
la publicitada Causa # 1 del 1989, contra el finalmente fusilado general
de división Arnaldo Ochoa Sánchez junto a otros altos oficiales del
orden interior en la isla y que trajo una saga de una auténtica limpieza
entre la gran mayoría de estos, con el encarcelamiento y posterior
enjuiciamiento del Ex-Ministro del Interior Juan Abrantes Fernández.
Fue entonces que se acuño un término aterrador para cualquiera de los
nacionales, que sustenten un cargo en el seno del engranaje
gubernamental del sistema Castrista, apareció en el léxico popular el
concepto de "Plan Piyama", o sea que los removidos tienen que mantenerse
todo el tiempo en la pieza de ropa para dormir y no salir bajo ninguna
circunstancia de su casa, hasta que sean reubicados o encarcelados por
la poderosa nomenclatura Fidelista.
Todos estos ex–soldados represivos se caracterizan, por poseer un
marcado sentimiento de indefensión psicológica generalizado, ante el
retiro de sus símbolos de fuerza y poder las amadas pistolas, que está
mezclado con otro de incertidumbre ante la cuestión, sobre lo que
ocurrirá en el futuro con la construcción del socialismo en el
archipiélago y las cuentas a rendir por violar los derechos de los
reprimidos por ellos.
Aunque nadie mejor que estos individuos para saber en cuanto al aparato
de chequeo, control y vigilancia instrumentado por el estado policiaco,
para vigilar a todos los estratos del pueblo cubano, que sustenta el
poder hace casi medio y que nadie les puede hacer un cuento chino,
porque ellos fueron los fundadores del referido aparataje de espionaje,
que en estos precisos momentos los aterra, como se debió aterrorizar el
creador de monstruo Frankestein.
En el momento actual ya dejaron de ser los imberbes jóvenes, que creían
a pies juntillas en la irreversibilidad en la construcción del
comunismo, se han dado cuenta del comprometimiento con líquido
hematológico incluido, con los miles de guerrilleros anticastristas sin
tumbas conocidas y de las reconcentraciones obligatorias de los
campesinos, que residían en las zonas de conflictos armados.
Están ansiosos y temerosos, pues ya se percataron para su desgracia, que
otros homólogos en similares actividades represoras, quienes vivían en
distantes países de cualquier latitud, han tenido que pagar sus desmanes
ante la justicia de los hombres, en cuanto al trato inhumano por los
daños psíquicos, físicos y espirituales, inflingidos a sus adversarios
políticos o ideológicos.
Pero a la vez sienten una gran frustración, porque fueron alejados sin
contemplaciones de las limitadas cuotas de poder, que permite a sus
seguidores más comprometidos el Sultanismo criollo existente, pero
sienten en su fuero interno e intimo, que aunque un día fueron
victimarios del poder, en esta ocasión ese mismo poder los convirtió en
sus victimas, esta ambivalencia afectiva los lacera y les desequilibra
su normal balance psicológico.
Los de menor cantidad de valores morales, dentro de los aludidos en
estas aspirantes a esclarecedoras letras, canalizan sus internos y
dolorosos fracasos, al saberse vigilados por sólo ser para los
intocables gobernantes, unos peligrosos y destituidos o siquitrillados
como se les llama en idioma cubano y optan por enrolarse en las
facistoides Turbas Paramilitares, para así golpear a los pacíficos
opositores al Dr. Fidel Castro.
El conocido líder opositor dentro de la isla Vladimiro Roca Antúnez,
sustenta el criterio de que en el fondo todos estos individuos a pesar
de su peligrosidad, agresividad, inmoralidad y falta total de
honorabilidad, los considera dignos de lástima, porque el miedo los
carcome y creo que estoy de acuerdo con el socialdemócrata, pues ellos
no son otra cosa que unos siquitrillados ex-represores.
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